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Me estoy autoinfligiendo un castigo. Estoy escribiendo a mano en un folio 100 veces:
No contestes a los que por aburrimiento entran en tu blog a provocar.
No contestes a los que por aburrimiento entran en tu blog a provocar.
No contestes a los que por aburrimiento entran en tu blog a provocar.
…
Al final una cosa esta clara, definitivamente soy un usuario promedio.
La versión alpha de Outgoing clics para Mint ya está disponible.
Estos días, si fuera un usuario promedio de Internet, estaría bastante molesto.
Después de revisar muchas de las anotaciones del festival de blogs que habla de la publicidad en Internet, donde se puede encontrar anotaciones bastante buenas con las que se puede estar o no estar de acuerdo, creo que hay un tema recurrente: la estupidez y mediocridad del usuario promedio.
Algo con lo que estoy en total desacuerdo, ya no estamos en los 90.
Yo no quiero decir con esto que hay prácticas que puedan ser más o menos éticas, pero bueno, me parece también demagógico que el único rasero que se use para medir la ética de un sitio sea la publicidad. A fin de cuentas muchos de estos sitios son “soportes publicitarios” cuando son realmente los anunciantes los que promueven, toleran y pagan por esas prácticas que todo el mundo critica.
Si se puede llegar a hacer algo para mejorar la publicidad en Internet, es evidente que es a los anunciantes a los que le tienen que llegar este tipo de mensajes, no a lo soportes publicitarios.
Por ejemplo, son varios blogs que comentan que hay publicidad encubierta de Sony en Yonkis. Lo extraño es que en vez de atacar a las prácticas del anunciante, cargan dicha responsabilidad a Yonkis mientras juegan con sus PSP.
Por otro lado volviendo al tema central, insisto, no me gustaría estar dentro de esa descripción entre líneas de usuario promedio que se puede sacar de la mayoría de esas anotaciones. Además de parecer personas de coeficiente intelectual reducido, no son capaces de distinguir entre conceptos tan básicos como arriba y abajo.
Es curioso que sean personas con capacidades reducidas solamente cuando de publicidad se está hablando. En cuanto hablamos de aplicaciones web o de otros modelos de negocio, no estoy seguro si es que se vuelven más listos de golpe o directamente si estamos hablando de otra clase de personas.
No sé, al menos a mi no me parece coherente. Aunque tal vez yo también sea un usuario promedio.
Mint ya salió e incluso yo me estoy cansando de escribir al respecto. Es momento de empezar a prestarle atención a un nuevo servicio web que en breve estará disponible de forma abierta y que actualmente está en beta.
Writely es un procesador de textos basado en Web que podría llegar a ser revolucionario si realmente hacen todo lo que dicen que puede hacer. Basicamente, parece ofrecer absoluta compatibilidad con Word, lo que significa no sólo que puedes generar archivos .doc sino que puedes subir ficheros generados en el programa original y modificarlos.
Como suele ser habitual en este tipo de aplicaciones, los documentos podrán ser compartidos para que ciertas personas puedan leerlo e incluso modificarlo.
Voy a ver si consigo entrar a la beta de alguna manera para poder probarlo y poder contar más al respecto.
Lo que ya se puede ir adelantando es que habrá versiones gratuitas y de pago. También va a haber disponible una versión corporativa, aunque no dejan muy claro cuales son las diferencias respecto a la versión pública.
Espero que sea una aplicación decepcionante, porque últimamente estoy cansado de dejarme los cuartos en Internet. Esto de saberme el número de la tarjeta de crédito de memoria no puede ser sano.
Peppermint tea, un blog para estar pendiente de las novedades que vayan surgiendo para Mint.
Comments Off
Es la última moda, decir que uno apuesta por un Internet de versión superior al que usan tus competidores. También se puede aplicar a otros conceptos (periodismo 3.0, blogging 2.0, etc…).
Nosotros por si acaso y por no parecer que estamos atrasados nos apuntamos a la Internet 4.0. Si alguien se entera de otra actualización, por favor, que nos de un toque y nos diga dónde tenemos que apuntarnos.
El otro día preguntaba: ¿dónde están los foros de Mint?
Pues supongo que los estaban terminando de instalar porque desde hace unas horasya están accesibles.
Desde un primer momento lo que más me gusto de Mint es su capacidad para crecer en utilidad gracias a su API llamada Pepper. Por primera vez, a la hora de comparar herramientas de medición de estadísticas hay un software que no tiene características fijas, sino que gracias a su extensibilidad podrá ajustarse a nuestras necesidades específicas.
En los foros ya hay disponibles cuatro extensiones nuevas:
Parsel que te permite detectar el idioma de los visitantes a tu sitio.
XXX strong que sirve para guardar las direcciones IP de quienes acceden a tus páginas.
Download counter especialmente útil si quieres contabilizar cuantas veces se bajan un fichero concreto de tu sitio.
Feedburner stats que aprovecha las posibilidades que ofrece la API de Feedburner y te permite controlar las veces que se visualiza tu feed RSS.
También para el final de esta semana está previsto que haya una versión pública de Outgoing clicks para poder medir la popularidad de los distintos enlaces de tu sitio.
Finalmente, apenas 48 horas desde el lanzamiento ya hay disponible una actualización de Mint (v1.04), unos foros donde empieza a forjarse una comunidad y una pequeña colección de extensiones. Muy buenas señales.
Es cierto que desde estoy aquí he hablado muy poco de este pequeño paraiso en el que vivo.
Hace un momento Isabel me ha enviado un mail con un árticulo que en unos cuantos aspectos parece basarse en nuestras propias experiencias.
Uruguay es una chica anoréxica
Yo ya estoy tan cansado de explicarle a uruguayos los motivos por los que vivo aquí que últimamente prefiero decir que soy un turista.
Es casi irónico, que después de los problemas que tuve en Madrid explicándole a todo el mundo porqué prefería vivir en un país del que nada sabían que aquí tengo que seguir explicándo a los propios uruguayos lo increible que es este país.
En esa columna hay un parrafo que describe bastante bien el encanto de Montevideo:
Basta ver la Rambla para convencerse. Cada vez que sale un rayo de sol se transforma en el típico paisaje de un folleto evangélico: padres que enseñan a jugar fútbol a sus hijos que todavía no se mantienen en equilibrio, niños que corretean con sus mascotas o viceversa, globos y cometas que se enredan en el aire, y malandras y rockeros que sacan a pasear a sus abuelitas con el mate bajo el brazo. Evangélico y enormemente democrático.
En nuestro caso, nosotros no elegimos Montevideo (odio las ciudades en general), vinimos a Punta del Este, que vendría a ser un paraiso dentro de un edén.
A ver si un día os cuento un poco más al respecto. Aunque hay un problema: hay que vivirlo para creerlo.