Egofagia

Últimamente empiezan a darse situaciones en las que surgen sitios, actividades, hechos o circunstancias que tienen como único fin alimentar el ego de sus participantes. Este hecho preocupa mucho a los expertos ya que la tendencía continua al alza y se teme el brote de una epidemia.

En primer lugar es necesario aclarar que alimentar el Ego (egofagia), básicamente, consiste en realizar actividades autocomplacientes con el fin de nutrir la autoestima. Siendo ordinarios, no es más que una forma de masturbación mental que tal y como ocurre con la versión física, todo el mundo la práctica, con más o menos frecuencia, pero no se suele salvar nadie. Del mismo modo, esta práctica no tiene porque ser nociva (sí, cualquiera de las dos versiones), pero como siempre, hay que tener cuidado con los excesos.

Hace un momento decía que todo esto se trata de nutrir la autoestima, pero claro siempre se corre el riesgo de ingerir más alimentos de lo necesario. A esta clase de obesidad se la conoce como soberbia. No presenta síntomas físicos aunque en algunos casos se ha detectado una elevación innecesaria de una o de ambas cejas, posturas desafiantes a la hora de tomarse fotos y alteraciones en el tono de la voz.

No es fácil de tratar. Al igual que pasa con otros desordenes alimenticios, los pacientes suelen ser incapaces de reconocer la existencia de dicho desequilibrio. Este es sin duda el primer paso y el más complicado.

Los tratamientos posteriores que mejor resultados han dado son las dietas a base de humildad y los baños de realidad (hay pacientes que consideran muy duro este tratamiento, mejor consulte con su médico antes de comenzar).

El apoyo de las personas cercanas es importante en el proceso. Hay que evitar exponer al paciente a situaciones que pudieran incitarlo a reincidir. Deben de evitarse las convocatorias de premios, los halagos, las exclusivas, las entrevistas, pedir una opinión y similares.

Una vez finalizado el tratamiento es importante educar al paciente y enseñarle a reconocer que alimentos tiene demasiadas egocalorías. Un trabajo bien hecho, la tolerancia, opinar con humildad, hacer favores sin esperar nada a cambio, reconocer los errores y en general aquellas actividades que no impliquen querer parecer mejor que los demás son ideales para mantener una dieta sana y el peso de la estima en equilibrio.

Queda por tanto alertada la comunidad y yo quedo a la espera de los halagos después de esta anotación ejemplar que me hace mucho mejor persona que tú.

Por petición popular he cambiado el aviso de lugar:

Pido disculpas, porque aunque no creo que lo consiga, no es mi intención ofender a nadie. De hecho este es otro lamentable intento de escribir un texto humorístico. Si se me da muy mal, por favor, avisadme.